viernes, 29 de marzo de 2013

LA PASIÓN ANTES DE CRISTO



La Semana Santa ya la celebraban, antes que los cristianos, los paganos de los primeros siglos de nuestra era. Tenían otro nombre, DENDROFORÍA, y la practicaban los devotos del culto frigio al dios Attis (Dios de la vegetación) y a la diosa Cibeles (“Magna Mater”) . Las dendroforía tenían lugar durante el equinoccio de primavera, entre el 15 y el 28 de marzo. Durante esos días se celebraba el sacrificio, muerte y resurrección de Attis, un ciclo característico de las divinidades mistéricas orientales (egipcias, persas, sirias, frigias, etc) como Osiris, Mitra, etc.

El día equivalente al Domingo de Ramos se llamaba Canna intrat.. Se iniciaba con un desfile desde el Palatino de los componentes de las principales cofradías destinadas al culto del Dios Attis, los canéforos (portadores de cañas) y dendróforos (portadores de ramas) Representación de la Pasión entonando cánticos conmemorativos de la historia de Attis, cánticos que encendían los ánimos de los seguidores, lo que nos hace recordar nuestras famosas saetas.

El 16 Marzo tenían lugar las Nesteia, un día de abstinencia de pan y vino, de pescado y de carne de ave, acompañado de la meditación sobre el dolor de la Madre.

La procesión del 22 Marzo se llamaba Arbor intrat, consistía en una Procesión en la que se sacaba el Pino Sagrado (sustituido mas tarde por la Cruz, aunque la cruz es también un símbolo que significa larga vida, como la cruz egipcia,) adornado con cintas color magenta, violetas e imágenes de Cibeles y Atis.

Al día siguiente, el 23 Marzo se celebraba el Dies Maeroris, día de luto y duelo por la caída del Joven Attis, acompañado por alaridos y golpes de timbal.. Siguiendo la tradición de la Grecia Antigua, los Sacerdotes de Marte, los Salios, desfilaban al ritmo de sus trompetas sagradas y saltaban haciendo entrechocar sus escudos ceremoniales.  Seguida por una gran procesión de Coribantes.

El equivalente a nuestro Viernes Santo se celebraba el 24 Marzo y se llamaba Dies Sanguinis. El Archigalli (Sumo Sacerdote) danza frenéticamente en torno al Pino Sagrado y al ritmo de los címbalos se flagela con un látigo de cuero guarnecido con pequeños huesos hasta desgarrarse la piel. Los fieles lo imitan al ritmo de un son ensordecedor: se golpean el pecho con piñas, y como ofrenda derraman su sangre en el Árbol Sagrado emanada de los cortes que se infligen en brazos y manos. Los Galli o Coribantes aprovechan esta ocasión para tomar los votos, castrándose con piedras de pedernal y ofreciendo su sangre a la diosa Cibeles. Se conmemora la aflicción de Attis, esposo y a su vez hijo de Cibeles, que se emasculó en acto de sacrificio.

El Domingo de Resurrección se celebraba el 25 Marzo y se llamaba Hilaria, fiesta de regocijo y alegría en honor a Attis, muerto como hombre y renacido esplendorosamente en el tercer día como una mujer, nueva hija de la Divina Madre Cibeles.



El ciclo nacimiento-muerte-resurrección se ha cumplido. Las religiones orientales y mediterráneas celebran los ciclos de la vegetación y sus mitologías personifican la Tierra fértil en una diosa femenina (Cibeles, Astarté, Isis, La Virgen María...) Y la vegetación en el hijo y a su vez el amante de esa Diosa (Attis, Osiris, Mitra, ). Los dioses paganos son necesariamente dioses incestuosos al recoger esa doble relación Tierra-Vegetación donde esta es agente fecundante y a su vez agente fecundado. 

El cristianismo intenta a toda costa sortear ese incesto acudiendo al dogma de la Santísima Trinidad , pero, por lo demás, no se puede negar su origen mistérico.

domingo, 3 de marzo de 2013

El origen del Papado Romano


Durante los primeros siglos  las comunidades cristianas estuvieron muy dispersas; cinco centros de irradiación del cristianismo fueron los que se configuraron a partir del siglo IV:  Alejandría, Antioquía, Constantinopla, Roma y Jerusalén. Las cinco Iglesias tuvieron la consideración de patriarcados autónomos al frente de cada una de las cuales se encontraba el patriarca u obispo. Tras la fragmentación del Imperio la capital dejó de ser Roma para pasar a Constantinopla.

Así que, en cuanto a importancia, Antioquía y Alejandría y, por supuesto la capital Constantinopla, superaron a Roma. Sin embargo, Antioquía, Alejandría y Jerusalén cayeron en manos islámicas en el siglo VII. Quedaban Roma y Constantinopla. La Iglesia quedó bicéfala.

Pero en el siglo VIII tiene lugar un acontecimiento de vital importancia para la Iglesia Romana. El Papa Esteban II ordena crear un documento falso atribuido al emperador Constantino llamado "Donación de Constantino" o "Donatio Constantini" cuya fecha ficticia es la del 30 de marzo de 315, que declaraba:

** Deseamos que la Santa Iglesia Romana sea honrada con veneración, como nuestra terrena potencia imperial, y que la sede santísima de san Pedro sea exaltada gloriosamente aún más que nuestro trono terreno, ya que Nos le damos poder, gloriosa majestad, autoridad y honor imperial. Y mandamos y decretamos que tenga la supremacía sobre las cuatro sedes eminentes de Alejandría, Antioquía, Jerusalén y Constantinopla y sobre todas las otras iglesias de Dios en toda la tierra, y que el Pontífice reinante sobre la misma y santísima Iglesia de Roma sea el más elevado en grado y primero de todos los sacerdotes de todo el mundo y decida todo lo que sea necesario al culto de Dios y a la firmeza de la fe cristiana **

En nombre de dicha falsificación el Papa reclamaba para sí tierras, prebendas y privilegios. Su efecto fue inmediato: se forzó la alianza con los reyes francos Pipino y su sucesor, Carlomagno, para combatir a los longobardos a fin de restituir el predominio y propiedades de la Iglesia de Roma.

A decir verdad, esta primacía no duró demasiado, pues tres siglos después el cisma de Oriente se cirnió con todo su peso, aunque en Occidente quedó la Iglesia de Pedro como autoridad indiscutible de la cristiandad.

El problema de la sucesión apostólica no es otro que el de la legitimidad de Roma como depositaria de la legitimidad ortodoxa. Y el problema sigue siendo ese. 

El hecho es que el cristianismo de los primeros siglos fue policéfalo y las comunidades gnósticas proliferaron como las setas durante el siglo II. El hecho es que hasta el año 235 todos los nombres de los sucesores de San Pedro son inciertos y que fue Ireneo, en su lucha contra los gnósticos, quien en el siglo II en su obra "Adversus Hereses" propuso una línea sucesoria en la que Lino fue el primer obispo romano sin mencionarse a Pedro. Es a partir del siglo III cuando se instaura a Pedro en la primera silla papal.

Esta es una época en la que casi todas las Iglesias cristianas pugnaron por la búsqueda de una especie de legitimidad monárquica. Bizancio se buscó a San Andrés el Apóstol, Alejandría a San Marcos, Armenia a San Tadeo, a San Andrés e incluso al propio Cristo, Corinto y Antioquía también se disputaron su fundación petrina y así un largo etcétera.

La historia casi siempre se escribe desde el presente, tanto más cuando lo que se disputa es el poder y el predominio. Cualquier cambio histórico a favor de cualquiera de esos centros en detrimento de Roma me hace pensar que las llaves del Reino podrían haber sido entregados a cualquiera de esos apóstoles en disputa de palabras del propio Jesús, pues los Evangelios están constituidos por distintos estratos donde las interpolaciones se iban colocando en función de los intereses de cada época.

FUNDACIÓN ECLESIÁSTICA SEGÚN LOS EVANGELIOS





El Evangelio de Juan establece la fundación de la Comunidad en el momento de la Resurrección, cuando Jesus infunde su "pneuma" a sus discípulos con estas palabras de 20: 21-23: "22 Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: Reciban el Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan"

Desde luego, lo que aparece escrito en letras grandes en la Basílica de San Pedro de Roma son las palabras de Marcos en Latín, el archiconocido "Tu est Petrus..." que, pese a ser designado por Jesus siquiera se hizo cargo de la secta jerosolimitana.

En realidad no existe una línea unidireccional en este sentido, ni siquiera se puede hablar de una Iglesia o Comunidad cristiana porque surgen, se fundan y se expanden de modo analógo a las colonias griegas y fenicias, que tan solo guardan un nexo de relación cultural, nunca orgánica, con la metrópolis de origen. No se puede hablar con propiedad de la historia de la Iglesia hasta el siglo IV e incluso aquí, siquiera existe la uniformidad. Constantino intenta unificar arrianismo y catolicismo sin conseguirlo, en Oriente combate a los nestorianos y docetistas y, al final de todo el camino quien impone la legitimidad y ortodoxia es el que acaba ganando la batalla.

El cristianismo de los primeros siglos es un fenómeno totalmente plural y las primeras comunidades cristianas divergen entre sí en doxa, doctrina, filosofía e incluso canon de Escrituras. Bajo ese panorama de corrientes tan diversas, unas que negaban la divinidad de Cristo, otras su humanidad, etc, ¿es posible construir una sola línea, una dirección que conduzca a una única ortodoxia?

Evidentemente que no. Todas las ortodoxias se construyen siempre desde el presente y a su presente amoldan y adaptan su propia historia. Las instituciones monolíticas y totalitarias como la Iglesia de Nicea tienen la peculiaridad no solo de crear su presente sino tambien la de crear su mismo pasado porque crear y construir el pasado equivale a edificar las bases mismas de su legitimidad y poder presente.

Los Evangelios fueron convenientemente modificados y cambiados a instancias de la Iglesia. Precisamente, esa curiosa confesión en Cesarea de Filipos de Mateo 16: 18-19 que reproduzco a continuación mata dos pájaros de un tiro:

*** 16 Simón Pedro contestó: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» 17 Replicando Jesús le dijo: «Bienaventurado eres Simón, hijo de Jonás, porque no te ha revelado esto la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos.18 Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.19 A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en la tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos."***


Pues bien, se trata de una interpolación muy conveniente a los intereses políticos de la Iglesia de aquella época (me estoy refiriendo al año 325) puesto que, por un lado, establece la legitimidad de la línea petrina y, por otro, sirvió de arma para combatir la herejía arriana al declarar la condición de Jesucristo como Hijo de Dios. En realidad ninguno de los evangelios originales hacen alusión alguna a la divinidad de Jesús, su divinidad fue creada poco a poco por la Iglesia ortodoxa.

La importancia del obispado de Roma fue insignificante en comparación con la preponderancia y organización, bastante anterior, de la Iglesias Orientales. Incluso en el Concilio de Nicea el papel Papa fue insignificante. El que decidía e imponía los dogmas era siempre el Emperador.

En el Concilio de Sardica del 343 el Papa Julio I intenta convertirse en instancia suprema de apelación en caso de conflictos eclesiales sin éxito alguno. Nastasio I logra proclamarse patriarca de occidente.

Sin embargo, los otros patriarcados adquieren potestades más amplias, el de Alejandría, con sus mas de cien obispos subordinados en Egipto o el de Antioquía en toda Siria. Potestades similares alcanzaron el patriarca de Jerusalen y los exarcas de Efeso, Cesarea de Capodacia y Heraclea.


No encuentro, por tanto, intervención sobrenatural alguna en la primacía alcanzada mas tarde por el obispado romano. Todo deriva de haber sido Roma la primera capital del Imperio Romano así como del papel dirigente otorgado a este obispado en Italia tras la caída del Imperio Romano de Occidente.

Una vez hecha la interpolación del testimonio de Cesarea de Filipos de Mateo 16,18, algunos patriarcas cristianos, como Tertuliano, incluso deslegitimaban las pretensiones dinásticas papales fundadas en dicho texto al decirle: "¿Cómo puedes tú osar retorcer y atropellar la intención manifiesta del Señor, que le confiere solo a Pedro personalmente?"

Se desconoce la existencia de reclamación sucesoria al trono de Pedro durante los primeros siglos de cristianismo, tampoco se conoce por razones obvias el texto de Mateo dado que la interpolación procede del siglo III, época en que todos los restantes patriarcados reclaman el mismo derecho de sucesión apostólica para sí.

El mismo San Cipriano, obispo mártir de la Iglesia declaraba en aquellos tiempos que no había obispo de obispos, que nadie estaba subordinado a nadie ni es mas que nadie. Así que, el Papa Esteban I (254-257) primero en reclamar para sí el "Testamento de Jesús" acusó al santo de pseudocristiano y pseudoapóstol.

También podemos advertir que ningún padre de la Iglesia reconoció las pretensiones del primado de Roma, desde San Justino en el siglo II hasta San Agustín en el siglo V que reclamaba su condición de cristianos, no de Pedro.

Mientras tanto, los teólogos orientales del siglo IV como San Basilio, San Gregorio el Nacianceno o San Gregorio de Nisa desconocían por completo las citadas pretensiones y ningún obispo romano osó atribuirse poder judicial en la decisión de los asuntos de Oriente.


Como conclusión, tenemos que la Iglesia romana ha recurrido a muchas argucias, nada espirituales y/o sobrenaturales para sentar su primacía, desde el mantenimiento del mito del círculo de los doce (apóstoles), la transmutación de los profetas en obispos, la creación de un episcopado monárquico, etc, que no son nada si lo comparamos con la cantidad de falsificaciones documentales obradas en el camino: decretos pseudocirílicos y pseudo isidóricos que contienen mas de cien cartas papales y decisiones conciliares falsificadas, hasta su obra más sublime y milagrosa, el "Constitutum Silvestri" la Donación de Constantino.

El catálogo de Hipólito de Porto data del siglo III, que enumera la línea de sucesión de papas u obispos de Roma desde Pedro hasta Pontiano. Precisamente los obispos orientales del siglo IV sí que mostraron su oposición al citado texto, no tanto como al filioque, pero sí opusieron sus reticencias y, hoy en día, esta es la frase que aceptan: "Sobre esta piedra, la fe en Mi, edificaré mi Iglesia".

El hecho es que la Confesión de Cesarea de Filipo solo aparece en el Evangelio de Mateo y, misteriosamente, no se hace alusión alguna a la misma en los Evangelios restantes ni en ningún otro texto del Nuevo Testamento. La leyenda petrina de la tradición cristiana que, aún siendo apócrifa, ha sido aceptada por la Iglesia ha coincidido de forma muy conveniente en el establecimiento de esa leyenda sucesoria.

Veamos como reflejan los otros evangelios el mismo pasaje:

Marcos: 8, 27 Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?» 28 Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.» 29 Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.» 30 Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él.

Lucas: 9 18 Y sucedió que mientras él estaba orando a solas, se hallaban con él los discípulos y él les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?» 19 Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado.» 20 Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contestó: «El Cristo de Dios.» 21 Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.

Juan 6:68 Le respondió Simón Pedro: «Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, 69 y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.» 70 Jesús les respondió: «¿No os he elegido yo a vosotros, los Doce? Y uno de vosotros es un diablo.»

¿No parece demasiada coincidencia que solo en uno de los cuatro evangelios quede reflejado un texto tan de vital importancia para la Iglesia Católica que hasta viene inscrito en grandes letras en la Basílica de San Pedro de Roma? En realidad no se exactamente si hubo coincidencias entre la interpolación y la colocación de San Pedro a la cabeza del listado de Papas

Por otro lado, es hasta normal el uso de la interpolación. No la atribuyo a la mala fe de los escribas o a su deseo de engañar. Los escribas no se limitaban a copiar textos y los añadidos los hacían, como notas aclaratorias o complementarias, en función de la óptica de los tiempos. Los textos originales, las sentencias de la fuente Q no aludían (no podían hacerlo) a la divinidad de Jesús ni a la encarnación ni a la Trinidad. La conversión de Jesus en Dios fue fruto de un proceso paulatino de modificación e interpolación textual.

El caso es que siquiera los primeros padres de la Iglesia aceptaron la síntesis entre el Mt. 16,18 y la legitimidad en la sucesión apostólica, negándole al obispo de Roma la atribución de poderes exorbitantes así como la superioridad jerárquica.

Nicea impuso la unidad de dogma entre las distintas Iglesias, la unificación del canon y, lo mas importante de todo, lo que daría identidad a la Iglesia como tal, el cesaropapismo, la unión entre el poder político y el poder religioso, la asunción de la organización territorial administrativa del Imperio Romano estructurada en diócesis y vicarios.

Sin embargo, el Papa Silvestre no fue aún Pontifex Máximus, título de máxima autoridad religiosa que correspondía al emperador. El título de Papa no se autoatribuye hasta que se cede tal título de Sumo Pontífice por Graciano a Siricio  y Dímacoa finales del siglo IV. Durante el siglo IV, Papa fue un término equivalente a Obispo de Roma. En cambio, el título de Papa Universal quien primero lo utiliza es Bonifacio III a comienzos del siglo VII mediante Decreto del Emperador Bizantino Focas y no es hasta el siglo XI cuando Gregorio VII decretará que ese título corresponde exclusivamente a los sucesores de Pedro.

sábado, 2 de marzo de 2013

Lo "contra natura" es un concepto "contra natura"


Los juicios que generalmente emiten los homófobos acerca de la homosexualidad y los homosexuales se suelen basar en parámetros morales y pseudocientíficos. Generalmente hacen uso de categorías como aberración, anormalidad, perversión, etc. Incluso acudiendo si es preciso a manuales de psiquiatría para diagnosticar la homosexualidad como una enfermedad.

Realmente, ¿qué es la normalidad y la anormalidad? Se entiende que ser normal significa atenerse a la norma, que bien puede ser una norma jurídica o moral o una media aritmética. Entiendo profundamente aberrante aplicar tales raseros de medida y comportamiento a una especie tan compleja como la nuestra que, a lo largo de la historia ha ido supliendo sus limitaciones bio y fisiológicas mediante la técnica y la ciencia. Ante una apendicitis, lo normal es que derive en peritonitis y mueras de una perforación de intestino. Lo anormal y aberrante será que una intervención quirúrgica elimine el fatal desenlace. Aberrantes y anormales son los antibióticos que ayudan al sistema inmunológico a combatir las infecciones, como el frigorífico, que impide la descomposición de los alimentos.


Para llegar a ser humanos  hemos debido hacer muchas cosas "contra natura", porque el despegue cultural de nuestra especie ha sido un contínuo proceso de lucha contra unas leyes naturales que nos impedían luchar contra las inclemencias del clima ¿existe algo mas antinatural que un abrigo o el encendido de una fogata para protegernos del frío?

Desde un punto de vista moral se considera aberrante o desviado cualquier tipo de comportamiento sexual no reproductivo. La masturbación, según tales parámetros, sería una aberración y una monstruosidad, aberración y monstruosidad muy propia de la infancia y la adolescencia. Prácticamente toda la humanidad habría sucumbido, en sus primeros años y no tan primeros, en esa práctica antinatural y contraria a los designios del Sumo Hacedor. Los humanos tampoco tienen los mismos condicionantes de los restantes animales para practicar el sexo, no están ligados a los ciclos de fertilidad de la hembra, lo practican de forma continua durante todo el año, se han liberado, por tanto, de las ataduras biológicas.


Seguramente cuantos consideran que pertenecen al arquetipo de la normalidad, como machos machos en todos los sentidos que se permiten el lujo de llamar desviados aberrantes a cuantos se salgan de sus parámetros de rectitud. Se supone que nunca se habrán preguntado, por supuesto, por qué tienen pezones erectables y equipados con nervios y vasos sanguíneos. Parece ser que los sexos y sus caracteres diferenciales no están definidos al cien por cien, que los hombres tienen algo de mujeres y las mujeres, algo de hombres (el clítoris es el órgano equivalente a un pene) . Pues sí,   la embriología nos explica que somos hermafroditas secuenciales y que durante los primeros 60 días posteriores a la concepción todos somos ... hembras, tambien nos explica la psicología que con anterioridad a la pubertad somos seres de sexo indefinido y que los homófobos hipermachistas como habrán elevado a dogma absoluto el género, no como realidad biológica sino como construcción social.


La homosexualidad se ha practicado en todo tipo de sociedades humanas y no siempre se ha asociado al afeminamiento. Los antiguos guerreros griegos yacían con jóvenes efebos pocas horas de entrar en batalla (vease, Marvin Harris), entre los Azande, pueblo del sur de Sudán, los jóvenes guerreros desposaban con otros jóvenes hasta encontrar la dote con la que poder desposar a una mujer, los Sambias de Nueva Guinea se inician sexualmente haciendo felaciones a los mayores en la creencia de que les suministrará el semen necesario para casarse con una mujer, y así se podría poner un sinfín de ejmplos mas demostrativos de que la homosexualidad solo ha sido considerada estigma en las sociedades mas represoras y fervientemente monoteístas.

La homosexualidad, la bisexualidad y la heterosexualidad no nos hace mejores ni peores sino distintos y ninguna tara de orden psíquico impide a los primeros desempeñar idénticas tareas y funciones que los segundos. No hay patología que valga.


No hay norma que predetermine al ser humano. Unos son diestros, otros son zurdos, unos omnívoros, otros carnívoros y otros, vegetarianos, unos se hacen la vasectomía, otras, la ligadura de trompas, ¿anormales? depende por donde se mire, quizá de lo que se trate sea que han llegado a tal grado de humanidad que los conceptos funcionales tradicionales no les sirvan dado que el objetivo mas importante quizá sea disfrutar al máximo de la vida eliminando cuantas trabas lo impidan.

Para una comprensión materialista del concepto de Belleza



No sé por donde empezar o, mejor dicho, se por donde no quiero empezar. No quiero entrar definiendo conceptos ni tampoco en divagaciones abstractas sobre la belleza en sí misma, la subjetividad de lo bello, la cualificación del gusto (un concepto bastante digestivo y sobre el que se dice nada hay escrito), los parámetros de belleza y un largo etcétera, porque tomar ese camino es perderse en el laberinto.

Así que lo primero que haré será invitaros a hacer un viaje en el tiempo, un viaje al pasado de unos homínidos simiescos de hace 1, 2, 3 millones de años del sur y sureste de África. No creo que esos homínidos conocieran parámetros de belleza, aunque podían muy bien ser capaces de visualizar entornos confortables, seguros y agradables, lugares con agua, ríos, cascadas, lagos, árboles, abundante vegetación y un vistoso colorido de frutas, hojas ... o, dicho de otro modo, fuentes de alimento, bebida, lugares donde poder esconderse y defenderse de los depredadores. Hoy en día, aunque muchos de nosotros viven en bloques de hormigón, seguimos sabiendo apreciar y distinguir un "bello" paisaje rico en esos elementos naturales de un paisaje agreste, desolador, árido y, en general, peligroso.

Con esta introducción no quisiera induciros a una concepción de tipo excesivamente utilitarista para derivar de ahí el concepto de belleza. Por eso tomaré el hilo de la estructura de nuestra percepción sensorial. Como todos los primates, nuestra visión es estereoscópica, binocular, lo que nos permite captar el espacio y sus formas. Nuestra visión, no siendo tan nítida como la de las aves, capta un gran abanico de colores. En suma, nuestras facultades oculares, auditivas y táctiles, como fuente de supervivencia, priman sobre las olfativas y se desenvuelven en el ámbito del espacio y el tiempo.
 
Espacio y tiempo serán tanto los marcos de nuestra percepción como de nuestra representación del mundo. Somos seres cíclicos, rítmicos  y simétricos (es el a priori de nuestra propia constitución biológica) y en nuestra actividad cotidiana, práctica, reproducimos ciclos, ritmos y simetrías como condición previa a una mínima asimilación de orden y armonía.

Pero todavía no hemos entrado en el quid de la cuestión. El que las hembras de pavo real, a través de un largo proceso evolutivo, hayan acabado seleccionando a los machos dotados de un plumaje mas vistoso y lleno de colorido no significa que se rijan por cánones o parámetros de belleza, tambien las abejas y los insectos en general se han ido encargando de crear las flores, seleccionar sus formas y colores a lo largo de millones de años y tampoco significa que la estética dirija su evolución. Sin embargo, nuestro propio instinto heredado nos ayuda a apartarnos de lo podrido y maloliente, de lo repulsivo, que en cuestión de alimentos es lo tóxico, y nuestro sentido innato de lo simétrico, de lo ordenado nos induce a apartarnos del ser de estructura asimétrica, caótica y desordenada y a identificarlo con el monstruo o lo monstruoso. En definitiva, la tendencia es a producir y a reproducir la secuencia rítmica y armónica del espacio social construido por el hombre.

 Belleza es un término muy amplio, tan amplio que excede del campo del arte y se aplica indistintamente a la naturaleza o al sexo y, si hablamos de belleza en el sexo ya nos estamos introduciendo de lleno en el campo de la cultura humana, tan variable de un lugar a otro y de un tiempo a otro y, de nuevo, en el campo del relativismo mas radical: los Kawelka se arrancan los incisivos para parecerse a los rumiantes porque, a su parecer, los rumiantes son bellos, los Padaung de Kampuchea creen que las mujeres son mas bellas cuanto mas largo sea su cuello, los chinos aprecian como mas bellas a las mujeres de pies mas pequeños, los Bocotudos se introducen un plato en el labio para realzar su belleza...

Tocamos un tema paralelo al del Bien y el Mal aunque dotado de muchísimas mas connotaciones y factores influyentes de orden biológico y socio-cultural.

La hominización genera la cultura pero, no nos equivoquemos, la cultura también genera la hominización. A través de la cultura el hombre se apropia de la naturaleza, se construye su propio espacio y acaba domesticando a los animales y cultivando las plantas. Lo que no se advierte fácilmente es que en virtud del mismo proceso el hombre acaba domesticándose, adiestrándose y cultivándose a si mismo. Como proceso de autodomesticación la cultura tiene un fuerte componente represivo y autorrepresivo. La cultura se constituye y emerge como represión del instinto al que desvía y culturiza nuevamente.  

Estoy seguro de que la persona que se extasía contemplando un paisaje y admira su belleza entabla con la naturaleza una relación plenamente culturizada. Se ha interpuesto un doble espejo, el de las producciones artísticas estéticas culturales que generan el estímulo sensorial sobre el espectador y su nueva reflexión en calidad de goce estético sobre el mundo natural. En el presente caso, no podemos presuponer la existencia de un vínculo originario con la naturaleza, sino de un nexo mediático, socialmente culturizado. El estímulo que produciría ese mismo paisaje sobre cualquier antecesor de homo (australopithecus o ardipithecus) no habría de ser muy distinto al que generaría sobre cualquier otro animal: alimentos, peligros, protección (si hay árboles), saciar la sed (si hay algún río).  


Cultura es ante todo emergencia. Del mundo viviente surge una única especie culturizada  porque no podía surgir de especies distintas. La cultura es absorbente e imperialista y no admite por definición la biodiversidad. Hace cincuenta mil años dos especies (no razas) de homínidos habían traspasado el umbral de la cultura. Eran Sapiens y Neandertal, diez mil años después se extinguiría la segunda especie.


viernes, 1 de marzo de 2013

EL MITO DE LA PERSECUCIÓN DE LOS PRIMEROS CRISTIANOS

 Lo que se ha dado en llamar "Historia Sagrada" puede que sea muy sagrada para sus seguidores, pero de historia no tiene nada. Dijo Orwell que "Quien controla el pasado, controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado", que no es más que una variante de la conocida "la historia la escriben los vencedores"


La historia del cristianismo es un gran relato de ficción ya desde sus mismos inicios. Dejando al margen los eventos puramente mitológicos de la dogmática: los dogmas de la Trinidad, la virginidad de María, la resurrección, etc, la historia fué escrita entre interpolaciones: desde el "tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia" a los doce Apóstoles (mitológicos) la interpolación de la Antigüedades de Josefo, la epístola de Léntulo, el ciclo de Pilatos y toda la Historia Oficial de la Iglesia escrita por Eusebio de Cesarea en el siglo IV, con su ficticia línea sucesoria de Papas, los falsos martirios de Pedro y Pablo,  hasta el martirologio, pieza fundamental de la Apologética.


Las historias de mártires cristianos fueron en gran parte copiadas de las historias de mártires paganos y si hubo persecución religiosa lo fue en períodos muy concretos de crisis política. Ya en los tiempos de Julio César se persiguieron a los seguidores de los cultos dionisíacos y en distintas épocas a astrólogos y adivinos, aunque casi nunca lo fue por razones religiosas sino políticas. La Roma Imperial fue precisamente sede de los cultos religiosos importados de Oriente por sus legiones de lo más variopinto: creencias egipcias, persas, tracias, frigias, etc, fueron implantándose paulatinamente, proliferando los cultos a Isis, Osiris, Mitra Ahura Mazda, etc, y todo el conjunto de religiones de los misterios.


De los primeros tiempos hasta el Edicto de Milán de Constantino fueron breves y contados los períodos de persecuciones. No existió persecución bajo Nerón, aunque algunos textos de historiadores romanos los Anales de Tácito inducen a confusión, pues en la Roma de aquella época aún no existían los cristianos, aunque posiblemente existiese un agitador llamado Crestus al que convenientemente se le ha llegado a confundir con Cristo. No es hasta la época de Trajano en la que existe una referencia en un rescripto en el que contestaba a una consulta de Plinio el Gobernador de Bitinia sobre como tratar a los denominados cristianos. El Emperador se mostraba tajante en no atender las denuncias anónimas y que, en el interrogatorio se les diese la oportunidad de reconocer la divinidad del emperador para ser absueltos. Os recomendaría el libro "El desafío cristiano: Las razones del perseguidor" de José Montserrat Torrents (Anaya & Nario Muchnik, Madris, 1992)


Por lo demás, fueron breves los períodos de persecuciones, destacando las de Decio y Diocleciano, no más de 10 años en tres siglos. Pero la Iglesia siguió inventando e inventando, hasta el punto de falsificar el Testamento de Constantino I el Grande para heredar las posesiones del Imperio Romano de Occidente en el siglo XIII perpetrada a instancias del Papa Esteban II